¿Son las enfermeras españolas las mejores de Europa?
Hoy alguien me han vuelto a repetir que «las enfermeras españolas somos las mejores de Europa». No digo que no lo sean pero ¿Qué quiere decir mejor? ¿Que hemos tenido una formación académica mejor? Tal vez sí; conozco al menos dos modelos de estudios universitarios de enfermería catalanes y me parecen muy buenos. Que nos han sometido a mucha presión y las que hemos sobrevivido tenemos facilidad para trabajar en diferente unidades? Seguramente esto también. Las enfermeras estamos acostumbradas a trabajar en varias unidades sin «acogida» y con mucha presión, pero no creo que sea de alabar este modelo tan exigente.
Que somos capaces de realizar muchas técnicas? Si para poner un catéter, colocar unos electrodos o colocar una sonda debes estudiar 4 años y eso te realiza… Apaga y vámonos. Y me explico: si no aportamos un valor añadido a estas técnicas, la verdad es que mi vecina del ático, si la entreno dos semanas, las pondría mejor que yo, o siendo menos vulgar: somos carne de intrusión.
Pero sí, es cierto que las enfermeras españolas dominan muchas técnicas; Quiere esto decir que somos las mejores? No. No somos las mejores cuando, en ocasiones, respondemos al usuario: «yo no sé de electros, la Dra se lo comentará», «esta analítica no sé para que se la piden». Pero tampoco somos las mejores cuando no nos recompensan retributivamente las especialidades, cuando nos es tan difícil acceder a la investigación, cuando nos es tan difícil llegar a puestos visibles, cuando seguimos viendo y consintiendo disfraces de enfermera denigrantes.
No, no somos las mejores cuando representamos a F.Nightingale con una lámpara y no con una libreta con datos estadísticos y seríamos bastante mejores si nunca respondiéramos: «siempre se ha hecho así».
No, no somos las mejores cuando me preguntáis si soy un médico frustrado. Ni somos las mejores cuando me preguntáis que por qué me fui del hospital, que si no me aburría en la primaria, que «qué palo lo de la comunitaria y la promoción de la salud!».
No, dejemos de mirarnos al ombligo y demostremos que realmente lo somos, porque seríamos mejores si fuéramos capaces de acabar con el decreto de la prescripción.
Pero no quiero que este post tenga un tono negativo ni pesimista, pues en mi corta trayectoria he conocido a enfermeras con una calidad humana y un potencial desbordante. Desconozco una profesión que tenga un mayor números de estudios de postgrado que nosotras.
Creo que podemos sentirnos, también, muy orgullosas de las EPA de críticos, especialistas, enfermeras de anestesia y gestoras de casos…Directoras de enfermería y de estudios de grado de enfermería de altísimo nivel.
Enfermeras que elaboran una taxonomía propia, diferente a NANDA. Jóvenes investigadoras con y sin doctorado con una capacidad de innovar altísima. Ex alumnos con proyectos de emprendiduria e innovación interesantísimos y un largo etcétera.
No sé si somos las mejores pero conozco el potencial altísimo que tenemos para poder enfrentarnos a los retos que se avecinan. Unos retos en los que la enfermería será capaz de asumir la tecnificación de los cuidados sin abandonar unos cuidados expertos, basados en la evidencia, humanistas e inherentemente humanos.
Josep maría Vázquez.
Atención Primaria Viladecans, Barcelona.
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