Desconectando puntos.

Man jumping into a natural pond

Desconectando puntos.

Por Antón Reina #enfermerajipi

Hay muchas maneras de conectar puntos. De eso hacen honor a su nombre los propios @conectantes Chema y Miguel Ángel. Por eso les dedico esta reflexión. Para el FanziNE y sus lectores, para el poscas Conectando Puntos y para todos sus seguidores, desde los que son aprendices de conectante como yo hasta los grandes maestros referentes que tanto nos inspiran siempre.

Hay también muchas maneras de desconectar. Los puntos, las ideas, los conocimientos, el saber, las personas y la salud del mundo entero. Son obstáculos que prefiero exponer como desafíos. Más allá del viejo truco de hacer mucho ruido para que no se perciban las señales. Más allá del bombardeo publicitario que nos acosa e insensibiliza. Más allá de la infoxicación que nos inunda desde la tele o internet. Más allá de esa ingeniería social que tanto nos divide, polariza, enfrenta o separa en extremos. Más allá de las etiquetas que no te dejan ser quién eres porque nos encasillan en qué somos.

Nuestro lenguaje es incoherente. Nuestra manera de pensar, argumentar, exponer o comunicar está basada en el lenguaje que usamos. Nadie se lo pregunta y así nadie lo cuestiona. Las incoherencias lingüísticas pueden producir incoherencias de pensamiento. Me refiero concretamente a la relación entre las palabras y el efecto que nos producen. Me refiero también a la relación entre lo que siento y las palabras que debo usar para expresarlo. Tanto al leer como escribir, al hablar o escuchar, hay letras, sílabas y sonidos que no concuerdan de manera sensible.

Amo (de amar) se parece demasiado a amo (dueño). Amor se acerca mucho a amorfo, amoratar, amortizar y amortajar. Amar no es amargo, amarillo ni amartillar. La explicación tradicional de que la a sea negación, como en átomo, átono, asíncrono, ataxia, asonante… y no lo sea en álamo, ático, ágabe, átame, ávido, ánima, ánimo… o sí, no sé, ya me he liado. Me resulta difícil decir o escribir amor y sentirme coherente. Hay algo que no cuadra. Lo mismo que cuidado (de cuidar, de esmero y de precaución) está demasiado cerca de cuidado (de precaución, de preocupación y de ¡cuidado!).

Nuestra armonía interna disuena y se resiente. Hay muchos conflictos entre lo que hacemos y lo que creemos, pensamos o sentimos. La disonancia cognitiva es esa tensión psicológica que sufres cuando hay contrariedades entre tus ideas, tus creencias o tus emociones. Para colmo, el lenguaje tiene palabras con significante y significado invertido para referirse a un concepto. Eso dificulta aún más nuestra comprensión de la realidad. Damos la vuelta al uso de las palabras y nos confundimos todavía más. La cosa empeora con el paso de los siglos. Hay que tenerlo en cuenta a la hora de pensar. Pensar en cómo son las cosas, por qué son así o por qué no se puede mirar al mundo y a la vida desde otro punto de vista que no sea el de la mayoría.

Los significados son diferentes para cada persona. Por eso lo dejo aquí, pendiente de exponer otros factores de desconexión como el pseudoescepticismo, que invoca al escepticismo (científico o filosófico) pero no lo es. Sin hablar sobre la desinformación masiva en forma de bulos y noticias falsas. Ten en cuenta que todos somos diferentes y eso hay que respetarlo, pero en el fondo también somos iguales y queremos o creemos tener siempre la razón. Desconocemos muchos aspectos populares, folklóricos, tradicionales y ancestrales de la salud, por eso ignoramos ciertos saberes, habilidades y prácticas que te podrán ayudar a pensar, abstraerse y autoconocerse mejor.

Conecta con las teorías, creencias y experiencias de otros. ¿Sabes cómo hacerlo?